TSUNAMI DE DESPIDOS
Es evidente: habrá riesgo de despidos
masivos. Lo dicen economistas de FEDEA, la fundación patrocinada por la
banca y grandes empresas. “¿Hay alguna empresa que no tenga tres
trimestres de caída de beneficios y a la que no le sobren
trabajadores?”, se pregunta Luis Garciano, economista de dicha
Fundación. Seguramente vivamos una oleada de finiquitos, por la vía del
despido procedente, que rebaja la indemnización para el trabajador a un
máximo de 20 días y 12 mensualidades.
También La reforma laboral abre
la puerta al despido objetivo en las administraciones públicas, lo que
permitirá que ayuntamientos y comunidades autónomas despidan a un buen
número de empleados laborales en esas instituciones o en sus empresas
públicas. Así lo advirtió ayer (17 de febrero) en Gijón José Vía. El despido con
indemnización de 20 días se puede aplicar «desde ya» para el personal
laboral de las distintas administraciones (una cifra que rondaría en
total el millón de personas) públicas y cree que para «los funcionarios
de carrera serán los próximos» (alrededor de dos millones).
Rajoy, en el XVII Congreso del
Partido Popular dijo en tono casi litúrgico: “La reforma laboral es
justa, buena y necesaria”, y no tuvo reparo alguno en afirmar que “esta
reforma laboral no creará empleo a medio plazo”. ¿Entonces cuando?
¿Cuando los parados hayan fallecido o emigrado? ¿Qué clase de mensaje es
ése, es acaso una broma? Un millón y medio de españoles en el paro no
reciben ningún tipo de prestación. ¿Qué pueden pensar de esas palabras?
Lo curioso es que unos días
antes había dicho en el Congreso de los Diputados que “Las reformas
emprendidas no van a producir efectos en el corto plazo”. ¿En que
quedamos, corto o medio?.