sábado, 3 de marzo de 2012


 ADIÓS A “PÚBLICO” 
Ciertamente, el final del diario de Roures no sorprende, pues la crisis económica, el descenso de la publicidad y la competencia digital azotan a los que no tienen respaldo multinacional ni simpatía de los bancos. Y, ¿por qué no decirlo?, también influye que la tasa de lectura de prensa en España es del 82 por mil, a la cola de Europa y del mundo occidental.



Hasta la fecha no era usual que, cuando un medio de comunicación de nivel nacional cerraba en nuestro país, otros colegas se alegraran efusivamente. Por ejemplo, Intereconomía –cuya pujanza económica, según fuentes del gremio, no es precisamente boyante- se despide con un sonrojante “Hasta nunca Publico”, señalando que “Ente (sic) la innoble presentación, los titulares desmadrados y unos contenidos que oscilaban entre lo malo y lo peor, el número de lectores era muy limitado”. No parece muy riguroso afirmarlo: según los últimos datos de la O.J.D. (periodo julio de 2010 a junio de 2011) el promedio de difusión fue de 87.983 ejemplares, habiendo ascendido en más de cinco mil números desde el año precedente. Por su parte, La Gaceta de los Negocios (diario de papel del grupo Intereconomía) solo alcanzaba los 45.835 ejemplares.

Si lo que miramos son las ediciones digitales, la diferencia a favor de Público es aún mayor: Público.es ostenta, según los datos de enero de 2012 de O.J.D. Interactiva, 5.529.634 usuarios únicos, mientras que Intereconomia.com se conforma con 2.523.433, menos de la mitad. Por su parte, otro bloguero Francisco José Fernández de la Cigoña –que se autodefine como “laico de 71 años contento con su Iglesia”- , y diríase que un tanto embargado por la santa ira escribe: “Lágrimas por mi parte, ni una (...) el más anticatólico de los periódicos españoles (…) ha concluido sus tristes días de laicismo radical. Una demostración más de que la idea de visionarios trasnochados ha dejado de vender en España. La promesa de matar curas, quemar iglesias o de una versión algo edulcorada de lo mismo, ha dejado de mover a una parte de los españoles”. También en un blog de “PeriodistaDigital.com”, editado por el estudiante de físicas (“y católico pa más inri”, que él mismo se dice) Julián Moreno Mestre, puede leerse: “No os oculto mi alegría, es verdad que me alegro del cierre de su edición impresa. Desde un principio ese diario fue una basura”, prosa elegante donde las haya y que revela poca caridad cristiana.

Merecen más interés las palabras de su ya ex-director, Jesús Maraña: “Este periódico nunca ha estado al servicio de grupos políticos ni gobiernos. Como muestran sus cuentas auditadas, sólo el 7,5% de los ingresos publicitarios han procedido de las administraciones públicas; un 2,7% de los ingresos totales de este diario, es decir, apenas lo que le corresponde por sus cuotas de difusión y audiencia” y señala que los problemas de Público “no derivan, por tanto, del cambio político surgido de las últimas citas electorales; al contrario, desde el punto de vista periodístico, el panorama que se abre para una cabecera como ésta gana aún más interés. Sí merecería una reflexión en los ámbitos de la izquierda (y de la sociedad en general) el evidente desequilibrio en el paisaje mediático, que no refleja en absoluto la realidad sociológica de este país.” Sobre todo desde el alejamiento de las orillas izquierdistas de “El Pais”, tal vez desde la entrada en Prisa de Liberty Acquisition Holdings, un fondo especulativo norteamericano que aportó 650 millones de euros para rescatarla de una deuda que roza los 4.000 millones de euros, o tal vez con la realidad de una nueva mayoría absoluta del P.P. en el Congreso.